Para impulsar la independencia de los hijos deben realizarse en la manera de pensar y en el comportamiento de los adultos que los cuidan. Estas son las pautas que hay que tener en cuenta:
En el proceso de aprendizaje autónomo de los niños y adolescentes es creer que son capaces de llevarlo a cabo.Teniendo en cuenta que el mensaje que se transmite sea para su beneficio y no lo aplique porque debe cumplir la norma del adulto.
Muchos padres y madres frenan el aprendizaje autónomo de sus hijos de manera inconsciente porque tienen miedo de lo que pueda ocurrir. Por ejemplo, se piensa en las amistades peligrosas que puede realizar, el consumo de drogas al que se puede exponer, los accidentes que puede sufrir por no andar con cuidado, etc.
Estas ideas tienen un impacto emocional tan fuerte que, cuando los padres ven que sus hijos o hijas empiezan a ganar independencia, su atención se centra en estos pensamientos catastrofistas, como si su existencia fuese en sí un peligro real.
Cuando un su hijo o hija dice "yo solo" al realizar una tarea que está aprendiendo, es necesario que el cuidador o cuidadora dedique al menos unos segundos a pensar si oponerse a esta petición es realmente razonable o no lo es. Del mismo modo, hay que tener en mente que las peticiones de autonomía por parte de los más pequeños son muy diversas y, en algunos casos, sutiles, y que es necesario desarrollar una cierta sensibilidad para saber detectarlas.
Por eso hay que diferenciar la autonomía con malcriar, a continuación algunos aspectos para identificar en un hijo malcriado o hija malcriada: