Cuando nos hablan de crianza se considera que es simplemente enseñarle al hijo o hija sobre normas y reglas en la casa, además que la educación en la crianza la aplicamos basadas en experiencias, que quiere decir esto, que replicamos el modelo que nos enseñaron nuestros padres y creemos que es lo correcto. Pero entonces ¿Qué es la Crianza positiva?
Desde la teoría lo refieren como un conjunto de comportamientos que procuran el bienestar de los niños y adolescentes desde una perspectiva de cuidado, afecto, protección y capacitación personal sin uso de la violencia, que les proporciona el reconocimiento personal y la fijación de normas y límites a su comportamiento, para posibilitar su pleno desarrollo en el ámbito familiar, académico, social y comunitario (Rodrigo, 2010 como se citó en Torres & Rodrigo, 2012).
Por esto la crianza y la disciplina positiva van de la mano porque educar a los hijos es fomentando las habilidades, capacidades y actitudes necesarias para la vida, siempre desde el respeto y el cariño incondicional hacia ellos. Cuáles son las características de una disciplina positiva:
Las prácticas de crianza adecuadas facilitan el desarrollo de habilidades sociales y de conductas prosociales en la infancia, fomenta la relación entre padres e hijos basada en el respeto mutuo, además ayuda a tus hijos a sentirse personas importantes y valiosas, lo que traerá niños, niñas y adolescentes felices, maduros, respetuosos, con habilidades y capacidades para resolver conflictos, seres humanos colaboradores y responsables