Crianza positiva
Crianza positiva

Principios básicos de la parentalidad Positiva

Existen algunos principios que son importantes para el desarrollo de los niños y adolescentes, pues hacen parte de implementación de una crianza positiva de tu hijo o hija (Cabano y Ubach, 2013):

  • Vínculos afectivos cálidos. Le brinda a tu hijo o hija protección y sentimientos positivos. Además que se generan vínculos duraderos a los largo del tiempo en la familia creando lazos fuertes.
  • Entorno estructurado.en la familia. Cuando se habla de estructurado es orientar y guiar a tu hijo o hija por media de las normas y valores, quiere decir instaurar hábitos rutinas con el fin de organizar actividades diarias (Ej. Establecer un horario o cronograma a la semana). Esto ofrece a tu hijo o hija segurida porque hay rutinas y establecimientos de límites necesarios.
  • Estimulación y apoyo. Para el aprendizaje a nivel de la familia es importante lograr una alta motivación y el desarrollo de las capacidades de tus hijos. Esto requiere que conozcas características y habilidades en ellos. Todo esto compartiendo tiempo de calidad con tu hijo o hija.
  • Reconocimiento: Aquí es importante cómo se desarrollan en su crecimiento desde sus relaciones, actividades y experiencias, del valor que ellos tienen,sobre sus preocupaciones y necesidades. Es vital la comprensión y tener en cuenta sus puntos de vista. Sería importante escucharlos y valorarlos como sujetos con pleno derecho.
  • Capacitación: Este punto es fundamental potenciar el valor de los hijos e hijas, a que se sientan protagonistas, competentes, capaces de producir cambios e influir con su opinión o accionar a los demás. Es significativo el establecimiento de espacios de escucha y reflexión.
  • Educación sin violencia: En este principio prima accionar democráticamente eliminando modelos de interacción inadecuados, degradantes y violatorios de los derechos humanos. Por esto elogiar su buen comportamiento, y ante su mal comportamiento reaccionar con una explicación y, si es necesario, con una sanción que no los violente (ni física, ni emocionalmente), como imponerles un “tiempo de reflexión”.